Cuando aumenta excesivamente la temperatura del agua en el desaireador se puede generar vapor que acaba saliendo por el venteo del desaireador, provocando una pérdida de energía. Además puede provocar que caviten y se dañen las bombas del desaireador.
Esto puede afectar negativamente a medidas de ahorro que buscan precalentar las corrientes de agua o condensado que se alimentan al desaireador, y que buscan reducir el consumo de vapor en el desaireador y de reducir la concentración de los gases disueltos.